martes, 9 de octubre de 2012

Quemaduras causadas por la depilación láser

Puede ser que conozcáis algún caso de un paciente que ha ido a una clínica a hacerse la depilación láser y que, además de dolerle más de lo normal el tratamiento, se le han producido quemaduras en la piel. 

La aplicación de la depilación láser conlleva un riesgo intrínseco, y éste aumenta si la persona que lo realiza no está cualificada. En España no es obligatorio el ser médico para abrir una clínica de depilación y tampoco lo es el poseer algún título para ser la persona encargada de utilizar los dispositivos. En alguna comunidad autónoma como Cataluña se recomienda que sea siempre un médico esta persona, pero no se obliga a nada ni hay ninguna ley que regule esta problemática. Un láser no es un juguete, tampoco una herramienta de uso común, pues conlleva una alta responsabilidad su uso. Un paciente debe pensar que si, para una operación con láser de miopía acude a un oftalmólogo, para una depilación con láser también debería acudir a un especialista. 

Son muchos los casos de personas que han sufrido quemaduras de primer grado en su piel, una palabra que los médicos son reticentes a utilizar llamándolo exceso de dosis, ya que se debe a una energía que se deposita en milisegundos y no a una quemadura tal y como estamos acostumbrados a entenderla. 

Aunque hay clínicas que cometen negligencias suelen echar la culpa al cliente por estar demasiado moreno, pero esto no es nunca culpa del paciente, ya que es la persona encargada de la aplicación del láser la que debe valorar si la tonalidad de la piel permite cierta intensidad del láser, si éste debe disminuirse o es mejor mandar al paciente a su casa y esperar un a que la pigmentación de la piel sea la adecuada para una sesión segura. 



En la imagen superior se observa un exceso de dosis perteneciente a una sesión escasa en disparos para ahorrar tiempo y por supuesto coste para la clínica. Una negligencia en toda regla, ya que desde el momento en que el paciente está notando un dolor superior al normal, quien realiza el tratamiento debe valorar qué está ocurriendo y ser consciente de la aplicación de la intensidad de la dosis. 

Una paciente como la de la imagen, no sufrirá consecuencias a largo plazo, pero la piel estará quemada durante unos meses incluso teniendo marcas al cabo de un año, además de todas las molestias físicas y psicológicas que arrastrará durante ese tiempo.

¿Por qué arriesgarse a algo así? Recomendamos ir siempre a clínicas especializadas que sigan el procedimiento establecido y que tengan las mejores técnicas de seguridad, como Cloud RCE©, una solución avanzada de control médico y gestión remota que permite mejorar la seguridad del cliente, pues los parámetros del tratamiento son controlados por este sistema y se minimiza cualquier tipo de error humano al preparar la máquina.

Txema Arnedo. Vicepresidente Ventas y Marketing Cloud Remote Control Technologies

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